Saul Steinberg, de origen rumano, nació en el año 1913 en Râmnicu Sărat (provincia de Buzău) y estudió en la Universidad de Bucarest filosofía durante un año, pero rápidamente fue a Milán donde se graduó como arquitecto en la Universidad Politécnica, incluso colaboró en una publicación satírica en la ciudad italiana, llamada "Bertoldo".
Sus pasos le llevarían a cruzar el "charco" forzado por el gobierno fascista de Mussolini debido a unas medidas antisemitas que se llevaron a cabo (él era de origen judío), instalándose en Nueva York. Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la inteligencia militar en Italia, África del Norte y China.
En EE.UU. colaboró con la revista "The New Yorker" cerca de 50 años con más de noventa portadas y mil doscientas caricaturas. Fue un increíble caricaturista e ilustrador. No sólo conocido por su trabajo comercial, Steinberg realizó exposiciones en museos y galerías de bellas artes.
El Canaletto de Manhattan, éste era cómo se le conocía a Steinberg, se definía como un escritor que dibuja mas que como un dibujante. El decía que no dibujaba del natural, sino "de la verdad" (dal vero) como dicen los italianos. La mirada irónica de una realidad que él, desde la aparente simplicidad de su trazo, retrató como nadie.
En el libro "Saul Steinberg, Ombres et Reflets" (Sombras y Reflejos) el artista rumano describe la capital rumana en el momento cultural que le tocó vivir:
"La Bucarest de mi juventud era una ciudad extraña, una ciudad niño-prodigio en la que la vanguardia convivía con el primitivismo, un poco como un confluente donde dos o tres ríos se unen para crear algo importante y sin relación con la naturaleza original del lugar. Entonces, en un momento excepcional, nace un fenómeno donde se entremezclan fuerzas y civilizaciones del sur y el norte, del este y el oeste, para engendrar un torbellino, un tifón, o, si se quiere, una marea. A eso se lo bautizó como dadaísmo".
En 1949 presentó esta obra, "Mujer en la bañera".
Con esta obra conocí al artista y es la que más me gusta de él. Me sigue pareciendo impresionante cómo crea otra realidad con tan sólo unos trazos en la bañera. Otra realidad más sensual, más humana.
Fotografía del artista
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