Anoche fuí al cine para ver una de las películas rumanas que había en la cartelera del MUCES (Muestra de Cine Europeo de Segovia), una de esas escasas oportunidades para ver buen y actual cine hecho en el resto de Europa, fuera de estrenos ultra comerciales que deja un enorme vacío las salas y los espectadores que buscan otro tipo de cine, otras realidades.
La película de la cual hablo se llama "Toată lumea din familia noastră" (Todos en nuestra familia).
La película de la cual hablo se llama "Toată lumea din familia noastră" (Todos en nuestra familia).
Está rodada en 2012 a través de la mano del director Radu Jude y es una cooproducción rumano-holandesa. En poco menos de dos horas de largometraje se entretejen situaciones de lo más dispares, realmente bien hiladas y que esas casi dos horas parecen 20 minutos.
La película trata, sin desvelaros mucho, de la situación de un hombre divorciado, Marius (Şerban Pavlu) que se dispone a disfrutar, de los pocos días que dispone al año, de su hija Sofia (Sofia Nicolaescu) para ir a la playa. Todo se estropea cuando al recoger a la pequeña, Marius se encuentra con que el nuevo novio de su ex mujer y la abuela fuerzan para que no se la lleve poniendo como excusa una ligera fiebre de la pequeña Sofia. Se entremezcla con cierto humor, tristeza y drama las relaciones de una familia separada, ambas partes por disfrutar de Sofia pero que se va desarrollando en complicaciones.
Hasta aquí os escribo, os recomiendo muchísimo ir a algún cine a verla. A parte de que salen las calles de mi querida Bucarest, la historia mantiene un hilo de tensión y muy bien llevado hasta el final.
En 2012 ganó el premio a la Mejor Película en el Festival de Sarajevo.