Fue una pieza concreta dentro de un programa cultural más amplio y variado. En pleno Lipscani, corazón de Bucarest, se desarrolló el Día de Bucarest (Zilele Bucurestiului) por aquel año 2006. Este tipo de iniciativa cultural se desarrolla cada año pero me interesa la edición del 2006 por una pequeña obra. Buscando y buscando llegué a ella y a su autor: Alexandru Ciubotariu, alias "Ciubi".
El evento fue organizado por ArCub (centro municipal para programas culturales de la capital), junto al Centro de la Juventud de la Biblioteca Metropolitana de Bucarest y el programa "I Love Bucharest" participaron en el evento, organizado por el Ayuntamiento de la ciudad, para desarrollar varios proyectos culturales que contaron con más de quince artistas rumanos y una parte de la comunidad en desarrollo del casco antiguo de la ciudad. Fue una gran oportunidad para muchos miembros de la comunidad gitana para realizar proyectos y hacerse visibles junto a estos artistas. Hablamos de proyectos de diálogo y cooperación para esta comunidad que facilitaron oportunidades para la integración social de muchos de sus miembros.
El objetivo era intenso y emocionante, como para no perdérselo y no participar.
Manos a la obra:
El artista del que quiero hablar fue Alexandru Ciubotariu y la decoración de la fachada del viejo Club Hermes, en la calle Selari, número 16. Uno de esos tantos edificios abandonados, olvidados del centro histórico de Bucarest. Su fachada, un lienzo. Con una técnica de adhesivo empapeló dicha fachada con personajes "caragialescos" (del dramaturgo Caragiale) quienes han "coloreado" la Historia rumana y que conviven y forman parte del presente. "Ciabu" es uno de los dibujantes más representativos de Rumanía, donde ha ido a decenas de salones del dibujo, de la ilustración, cómic, etc. Un artista a seguir de cerca desde su blog.
Se creó un manifiesto de 7 artistas que expresaron su opinión sobre la situación del área de Lipscani, el casco antiguo de la ciudad, que cada día que pasa se deteriora aún más debido a la pasividad de las autoridades y la falta de actitud de la sociedad civil.
Y éste fue el resultado:
Siempre perseguí esta obra, cuando oí hablar de ella al final de mi etapa rumana, y nunca di con ella. No sé si aún sigue ahí o sonríe a los transeúntes en otro lugar de la pared pero comparto el mismo mensaje: "Amo Bucarest".
Como dije, es un proyecto que se realizó junto a otros muchos de gran interés. Difícil abarcar todos, pero quizás poco a poco os mencione de algunos interesantes. Pero os invito a que os paséis por la web y echéis un vistazo a lo que se hacía (y hace) por Bucarest.
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