Fachada prinicipal
y conocí el estadio Azteca,
Realmente tardé mucho tiempo en visitarlo por dentro y lo primero fue el Museo Nacional de Arte Contemporáneo que está en la parte posterior del edificio. Recuerdo que fue una exposición sobre arquitectura y urbanismo donde se exponían planos y diseños geniales de ejemplos arquitectónicos, muchos de ellos nunca se contruirían. También recuerdo el café que me tomé en la cafetería cubierta que está situada en una de las terrazas del edificio en donde se tiene una panorámica curiosa, aunque no demasiado bonita, del barrio de Cotroceni y de Grozavesti.
Más tarde ya pude visitar, y en varias ocasiones, el interior del edificio dedicado a la vida política. Pude visitarlo varias veces gracias a las visitas que tuve de amigos y familiares y nunca me cansaba de ir. Si sus dimensiones exteriores te sorprenden, los salones y pasillos del interior no te dejan indiferente. La Sala del Baile tiene las dimensiones del terreno de un campo de fútbol, así (querido lector) podrás hacerte a la idea de lo salvajemente descomunal del edificio.
Totalmente una locura.
La entrada para estudiantes era gratuita aunque ya la última vez que fuí era de pago (aunque para estudiantes el precio no era muy elevado) y había diferentes tipo de visitas guiadas y tarifas dependiendo de lo que quisieras ver. La más completa, y lógicamente más cara, recorría los salones oficiales, la terraza superior del edificio (azotea) y una planta subterránea en donde había expuesta una serie de fotografías que seguían la evolución cronológica de la construcción del edificio. Muy curiosas las fotos.
Aunque las visitas guiadas eran en su mayoría en rumano o en inglés, tuve la suerte una vez de que entre las guías había una que hablaba español, ya que así pude enterarme bien de ciertas cosas, aunque podía entender muy bien las guías inglesas. Pero pude comprobar que había algunas cosas que nos explicaron no se correspondían entre lo que nos dijeron una vez en la visita en inglés y la que pude tener en español. Las visitas estaban más orientadas a dar datos únicamente del edificio y más exactamente de números de habitaciones, dimensiones, etc., y muy poco de historia, que es lo más interesante e importante a mí parecer.
Después del fatídico terremoto de 1977 que asoló gran parte de la capital, Ceaușescu decidió reconstruir el centro de la ciudad, creando un colosal eje y conjunto arquitectónico de estilo comunista de una extensión de 4 kms. en total. Se empezó a construir en 1980 y a día de hoy aún sigue sin terminarse en algunas partes. Para ello, más de 7 kms. cuadrados de viejas casas fueron derribadas de la parte alta de la ciudad con un total de 12 iglesias, 2 sinagogas, tres monasterios y 40.000 personas fueron desplazadas de sus viejos hogares.
Su construcción estuvo bajo la dirección de la arquitecta jefe Ana Petrescu, que luego fue diputada del partido "Romania Mare", que condujo un equipo de otros 700 arquitectos. En la construcción participaron mas de 20.000 obreros, que llegaron a Bucarest desde todas las partes del país. El edificio, construído sobre una colina, podia ser visto desde toda la ciudad e iba a albegar la residencia del presidente, el Comité Central del Partido Comunista de Rumanía y otros ministerios.
Serie de farolas que rodeaban el edificio
Los números de esta colosal construcción son impresionantes: 12 plantas en superficie, 8 subterráneos, únicamente 4 terminados, 315.000 metros cuadrados de extensión, de los que más de 250.000 superan los 84 metros de altura y 25 metros de profundidad. Trabajaron más de 20.000 personas en turnos las 24 horas del día, miles de ingenieros y arquitectos.
Panel informativo de la evolución constructiva del edificio dentro de la visita.
Para su decoración se utilizaron maderas nobles (nogal, cerezo, olmo, roble), mármoles, alfombras de 5 cm de espesor, lámparas en bronce, aluminio y cristal con cientos de bombillas, candelabros de casi 2 metros de altura, puertas de 5 toneladas de peso, etc., totalmente con materiales y herramientas rumanas, y el objetivo de tal construcción era convertirse en estandarte de la Rumanía independiente que buscaba Ceausescu tras acabar de pagar toda la deuda externa del país. Es decir, la construcción supuso también dar salida a la gran producción industrial del país. Con su construcción se pretendía englobar la mayor parte de las instituciones del Estado, y ser visible desde todas las partes de la ciudad.
El edificio del Parlamento desde el hotel Intercontinental
El palacio se compone de unas 40 salas, ideadas para banquetes y recepciones, despachos, habitaciones, etc. El presidente habría intervenido directamente en las obras, junto al equipo de ingenieros.
A la muerte de Ceausescu, en 1989, muchas partes del edificio continuaban en obras. En 1990 el gobierno de Ion Iliescu se planteó su demolición. Entre las propuestas destacaba su conversión en casino o cubrirlo de tierra a modo de monumento contra el comunismo. Finalmente se decidió que albergara el Parlamento, pese a que continúa sin finalizar.
Actualmente, la Camara de los Diputados, el Senado y el Museo Nacional de Arte Contemporáneo conforman el Palacio.Los trabajos se han continuado también después de 1990, pero ya sin utilizar únicamente productos y herramientas rumanas, porque los centros de producción fueron destruídos. El edificio, que es centro de toda una zona urbana construída entorno a él, es la mayor atracción turistica de la ciudad, tanto por su tamaño como por su simbolismo y representación de la avanzada industria rumana en tiempos socialistas.
Ceausescu pretendía que este edificio simbolizara la independencia de Rumanía tanto frente a la URSS como a EE.UU., y su inauguración a la vez que se terminaba de pagar la deuda fue el final de los esfuerzos que, segun él, iban a conseguir una Rumania poderosa y, antes que nada, libre.
Actuación de Bon Jovi el pasado mes de julio en Piata Constitutiei, frente al Parlamento
Julia, Virginia y Laura
Pablo, Fernando, Txetxu, Txorma, Víctor, Julio y yo
Los mismos junto a Berta
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