viernes, 6 de abril de 2012

Un covrig, te rog

Comencemos a salivar...

Muchos los conocemos por "lacitos"o "pretzel" en alemán (de donde son originarios). Seguramente uno de los aperitivos más populares en Rumanía. Lazos de pan, crujientes en la superficie y suaves en la masa de su interior, dorados al horno y finalmente coronados con semillas de amapola o sésamo.


De camino al centro era de escena diaria obligatoria las largas colas que se hacían en las "Covrigerie" para conseguir uno de éstos en la hora del descanso en el trabajo o entre clase y clase en la universidad. Por 1 Leu (casi 30 cénts. de Euro) puedes comer esta delicia y engañar bastante al estómago hasta la hora de comer. Normalmente solían caer más de un covrig, que acompañado de un buen café era mi aperitivo favorito en Bucarest.

Pero si Ud., distinguido lector, no se queda satisfecho con el sencillo "covrig" aquí no acaba la historia. El tiempo en Bucarest en invierno y parte de la primavera es bastante frío y lo genial del Metro es que uno puede encontrar bastantes negocios en cada parada entre los que no podían faltar estas "Covrigerie" y recuerdo que en las paradas más transitadas (Universitate, Piata Romana, Unirii o Piata Victoriei) uno podía saborear auténticas delicias de covrigi con pan de aceitunas, rellenos de queso con jamón de York o chocolate.
 Saboreando unos deliciosos covrigi con mis italianos Ernesto, Danilo y Lidio

Así que: "Un covrig, te rog"/Un covrig, por favor.

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