Diez días me aguardan en Bucarest hasta mi definitiva partida. El verano se adelantó más de lo previsto, apenas dejó a la primavera tomarse un respiro, dejándonos temperaturas de 30ºC desde hace casi un mes.
Cielos nublados, charcos comos lagos en las aceras, atardeceres de ensueño, etc. Cómo me gustan las tormentas de verano, ese olor a humedad y hierba fresca...
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